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jueves, 17 de marzo de 2011

REFLEXIONANDO CON ERNESTO ALONSO FLORES: LA JUVENTUD


LA JUVENTUD.
¡Juventud divino tesoro! Así dice mi mamá con frecuencia. Y ¡qué verdad! Quizá este dicho se base más en la gran experiencia que se adquiere en ésta, pues es precisamente como la subida más importante del camino. Es como si te detuvieras a revisar todos los años que has vivido y reflexionar en los errores y en las acciones que has tomado para asegurar los venideros. Muchas personas dicen que la juventud se lleva por dentro, pero eso no es verdad. Lo que se lleva por dentro es la ACTITUD hacia la vida. Esa sí debe ser de corazón muy positiva para seguir adelante. La juventud es la etapa donde los seres humanos experimentamos: más madurez personal, queremos independizarnos, formar nuestra propia familia, tener nuestros propios bienes, inclusive, nos graduamos en alguna profesión y cómo que nos damos más importancia. Esto es muy importante, porque para valorar a los demás, debemos empezar por valorarnos nosotros mismos. Desgraciadamente, también existen casos en que los jóvenes pensamos que es la etapa para gozar y disfrutar de la vida; si es que se le puede llamar así. Que es la etapa para tener relaciones sexuales y probar, para tomar licor o cerveza y probar, para vivir despreocupados y probar, para fumar un cigarro y probar, y así, sucesivamente, muchas pruebas que después, se nos pueden hacer vicio. Muchas continúan en nuestra vida desde la adolescencia hasta la madurez y propician infinidad de problemas y enfermedades en nuestra sociedad.

Es cierto no hay como vivir las propias experiencias para conocer y dar nuestra opinión, pero también es claro, que debemos aprovechar esa única oportunidad de la vida, llamada juventud, para demostrar que tenemos principios y valores muy firmes para superar cualquier prueba. Y no quedarnos estancados ni caer en las garras de algún vicio. Debemos escoger muy bien a nuestras amistades, pasatiempos, los lugares que frecuentamos para que así, no existan tantas tentaciones ni orientaciones a lo negativo. No desperdiciemos nuestra vida ocupándonos de algo que después nos tengamos que arrepentir. La juventud es plenitud, es una etapa tan maravillosa que debe definir muy bien el rumbo de nuestra vida. No importan los errores que hayamos cometido. Importa lo que hoy con la experiencia de esos errores estemos haciendo. Muchas personas cuando ven a algún drogadicto u alcohólico adulto, piensan que fueron niños de la calle, pero no. Muchos de ellos iniciaron en la juventud y todo a raíz de no ejercer el control de sí mismos desde la primera prueba. Los padres de familia deberíamos tener más confianza con nuestros hijos todo el tiempo. Y porqué no decirlo; cuidarlos de igual manera. Preguntarles todo a cerca de su vida, asegurándonos que sea la verdad, sea cual sea. ¿Acaso no debe ser así? Y que no continúe sucediendo lo que comúnmente, que muchos padres de familia por ser sus hijos ya mayores piensan que ya están preparados para enfrentarse a la vida y no, nunca debe ser así. Porque por muy preparados que estén los hijos la misión del padre y la madre con sus hijos no termina hasta que mueran.
Para darnos cuenta y preocuparnos un poco más, tenemos que revisar los riesgos a los que los jóvenes están expuestos hoy en día. Revisemos las estadísticas de accidentes automovilísticos en donde la principal causa es el alcohol; la fuerte incidencia de jóvenes que desde temprana edad practican el tabaquismo, la gran cantidad de jóvenes que no continúan sus estudios, el aumento de jóvenes infectados con el VIH, virus que causa el sida, por qué no mencionar también, el aumento de matrimonios jóvenes, de los cuales muchos, acaban en divorcio en los primeros años, engendrando hijos que no crecerán bajo el seno familiar, o peor aún, que se separan sin divorciarse y no reintentan una nueva relación, sintiéndose frustrados y atados a su reciente experiencia. Sobretodo, para que los hijos, si es que los hay, crezcan en una familia. Mencionemos también, la gran cantidad de jóvenes que consumen alguna droga como estimulante, principalmente en discotecas y bares, y todo para sentirse mejor. Las visitas de jóvenes al psicólogo muchas veces sin que sus padres lo sepan. Por último, la promiscuidad con la que algunos jóvenes llevan su vida. De esto, quizá, no hay estadísticas. No lo sé. Pero creo que muchos padres de familia desconocen de qué manera llevan la sexualidad sus hijos; si es de manera precavida y segura, y sobretodo, sin andar probando con distintas personas; la respuesta sólo los involucrados la conocen. Y aunque para los padres sea muy difícil conocerla, así de importante es para ayudarlos mejor.
En sí, hoy en día, los jóvenes tienen muchos riesgos. Muchos más que los que nuestros padres o nosotros tuvimos en nuestra juventud. Así es que en esa medida, es que debemos estar preparados, ser muy fuertes, disciplinados y sobretodo, maduros ante la vida para ayudarlos a no caer en ellos. Firmes, siempre con el propósito de tratar de llevar una vida ejemplar, luchando por una calidad de vida mejor, aunque sea corta y no una vida larga y sin sentido. Siempre pensando que viviremos 100 años, pero viviendo cada día como si fuera el último. Debemos asegurarnos que la juventud sea el mayor y mejor impulso que la vida de nuestros hijos pudiera experimentar, sobretodo para que lleguen a una edad adulta llena de satisfacciones personales. Urge pues, poner nuestros cinco sentidos y tomar acción en todo lo bueno que podamos hacer para que esto suceda, informándonos, asesorándonos y si es necesario, acudir a la ayuda de los profesionales. No hay que dejar nunca en el olvido los avisos preventivos que instituciones públicas hacen para guiar mejor a nuestros jóvenes. No permitamos que nuestros jóvenes se conviertan en un número más de esas estadísticas. La vida sólo se vive una vez y aunque parezca fácil, es muy difícil y viceversa, todo es cuestión de hacer de lo complicado algo simple y no al contrario, como muchas veces pasa, pues todo depende del ángulo perspectivo con que la queramos mirar. Y aún cuando cada vez existen más riesgos y peligros, recordemos que nuestros actos son los que marcarán siempre la diferencia. Reconozcamos el compromiso que pesa en nosotros los adultos para con los jóvenes; pues de sus actos depende el rumbo de este mundo, ya que años más tarde, serán los adultos y también los padres de familia. Es por eso, que debemos tratar siempre de llevar una vida recta, ejemplar y vivir realmente. Con errores como humanos que somos, pero siempre con la frente en alto, mostrando la seguridad personal que nos da el reconocerlos a tiempo y que nos ayuda a trazarnos un mejor camino rumbo a la felicidad.

2 comentarios:

  1. es muy cierto, la juventud es el punto mediatico de la vida donde aprenderas a vivir lleno de felicidad y de salud dependiendo de la perspectiva con la que mires y vivas en la sociedad.

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  2. Muy bueno, ojalá y nuestros jóvenes se den la oportunidad de valorar como bien lo dices, el tiempo.

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