La escritora NABUART, Verónica Mezzini, entrevista al actor y cantante, Jencarlos Canela. En el link que os dejamos, podéis leer la entrevista.
viernes, 25 de febrero de 2011
miércoles, 16 de febrero de 2011
ROGÉRIO MANZANO, ESCRITOR NABUART
Mi primera idea nunca fue escribir, sino dibujar. Me gustaba reflejar en trazos curvos el entorno de mis fantasías infantiles, que bien podían variar entre una cimitarra persa o el sombrero de tres picos de un pirata.
Luego, cuando conocí la representación gráfica de las palabras, pensé que todavía no podía existir algo más interesante que leer. Diariamente, engullía cientos de páginas escritas (por otros, obviamente), como si mi vida dependiera de aquellos signos diminutos que se escondían en hojas de papel.
Por entonces yo tenía mis planes, pero Dios también los suyos. Al final me fui caminando por el sendero que ya estaba trazado. Una tarde me aparecí frente una vetusta mole de piedra, de paredes lisas y techo verde. Era la Facultad de Periodismo de la Universidad de la Habana.
Allí me fue revelado el delicioso secreto de escribir para vivir.
Un nuevo ciclo se abrió, repleto de descubrimientos, sorpresas y despertares. Todavía recuerdo los primeros intentos por contar historias caprichosas, preñadas de personajes kafkianos y situaciones insólitas que nunca fueron publicadas en ninguna parte.
Empero, cuando sobrevives atrapado en una Isla, rodeado de muros ideológicos y circunstancias prohibitivas, te pueden suceder cosas muy extrañas. El que pudo haber sido mi primer relato premiado, y publicado, (El Primo Daniel, Concurso “La Casa Tomada”, Ciego de Ávila, 1998), antes de ver la luz, quedó sepultado bajo las manos intolerantes de un tecnócrata militante y lunático.
Más tarde aprendí que lo más difícil de arrancar en la mente de un hombre es su libertad de elección y, por añadidura, su deseo de imaginar. Me convertí en un periodista disidente, católico y contestatario, que al final terminó embarcado en un largo viaje hacia el mundo real.
“Taller Telemundo 2005”, en Miami, fue el campanazo que me trajo de vuelta al calor de las letras, y me alejó definitivamente de crudos inviernos y un magisterio forzado. Fue cuando comencé un largo peregrinar por los medios hispanos de Estados Unidos y a ejercitarme en la práctica del periodismo virtual.
Hoy, trabajo en el departamento de Interactive Media, de la cadena Univisión, y me defino a mi mismo como un ciber-periodista con alma de escritor, fascinado por los misterios alinígenas, intrigado por el Conocimiento, respetuoso del equilibrio, y por supuesto, fanático del baseball.
lunes, 14 de febrero de 2011
¡FELIZ DÍA DE SAN VALENTÍN! OS DEJAMOS UN REGALO DE LA PLUMA DE FELIPE SILVA
UNA TENTACION LLAMADA AMOR
Original de Felipe Silva
CAPITULO 1
Virginia Salvatorre abrió abruptamente los ojos. Su rostro estaba bañado en sudor. Su mirada recorrió la humilde habitación buscando, entre las sábanas de su cama, la respuesta al erótico sueño que había sacudido cada milímetro de su cuerpo.
– Fue un sueño, sólo un sueño… Deberías dejas de soñar Virginia. Ese príncipe azul jamás llegará a tu vida.
Una lágrima rebelde se escapó de sus pupilas verde como el oceáno Atlántico en arenas del Caribe. Se dirigió al baño. Tomó una ducha fría, como si el agua tuviera el poder de borrarle de la mente la frenética entrega que había vivido al lado de un hombre al cual jamás podía verle el rostro en sus sueños. Se vistió con la acostumbrada modestia. Falda larga, suéter gris de cuello de tortuga y medias cubriéndole las piernas. El peinado recatado. No podía vestirse de otra manera. Su trabajo como maestra normalista no le permitía, siquiera, pensar en vestirse como si fuera una mujer liberar en sus plenos 28 años. Por su atuendo, parecía una solterona de 46. Había entregado su vida a cuidar a su madre. Y después de haberle cerrado las puertas al amor, ahora se veía sola. Cuidando de su hermana que, a sus 21 años, era lo opuesto a ella.
Salió a la cocina. Preparó un café americano. De su habitación salió semidesnuda su hermana Raquel.
– Ay, ¡qué flojera tengo, hermanita! Hoy no voy a ir a la escuela-. dijo con voz profunda a Virginia. Y ella le respondió con un dejo de molestia.- ¡Raquel! Estás en plenos exámenes! No puedes faltar!-.
Raquel la abarzó con una falsedad incómoda.- Hermanita, no te pongas así…. Total. El maestro de la tésis me dijo que prácticamente tenía pasado el curso… Ayer estuvo tremenda la fiesta, así que… Me tomo el día-. Virginia iba a protestar, pero se contuvo. Pensaba que su hermana Raquel estaba aún bajo la depresión por la pérdida de su madre. Tomó con rapidez el café. Lavó los trastes. Dejó limpia la humilde cocina y antes de salir por la puerta, dedicó unos instantes a persignarse frente al cuadro de la Virgen de Guadalupe, y en respetuosa voz baja dijo, con los ojos cristalinos de lágrimas,- Virgencita, ilúminame, ayúdame a guiar por el buen camino a mi hermana. Mi madre ahora está contigo y tú sabes que Raquel anda en malos pasos. Dame la sabiduría para tener las palabras exactas y las acciones correctas para guiarla por el buen camino… Y ayúdame en mi trabajo, que los muchachos están cada vez más rebeldes.
Con sorprendente velocidad, salió de la casa. Después de cruzar el enorme patio de la vieja vecindad, salió a la calle de Roldán. Entre la muchedumbre, que ya se movía con velocidad en las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México, Virginia pasó inadvertida entre las personas que parecían más bien hormigas. Bajó al metro y después de hacer una enorme fila, logró entrar a los andénes. El metro la llevó rápidamente a la zona de Coyoacán. Después de salir, tuvo que hacer un segundo viaje en un pesero. Dos horas de su vida habían pasado, pero al fin estaba entrando a la que era como su segunda casa: su escuela.
La Escuela Preparatoria Miguel Hidalgo era una exclusiva institución, dedicada a preparar a los varones de las familias más acaudaladas de la Ciudad. La escuela era administrada por la Congregación de los Hermanos del Eterno Perdón. Y aunque había varios integrantes laícos que cubrían puestos administrativos, en general, la mayoría de la planta docente estaba cubierta por sacerdotes, monjes y alguna que otra maestra, que como Virginia, parecían no tener interés alguno en destacar sus encantos naturales.
Virginia impartía la clase de Literatura. Sus alumnos eran los de tercer grado de Prepataroria. Su grupo favorito, el de Tercero "B". Por alguna extraña razón, en ese salón sentía algo diferente, algo quizás en la atmósfera. Ese dia, la clase transcurrió como de costumbre, sin novelad alguna. Hasta que al terminar la clase, después de recoger algunos trabajos de ensayo, miró hacia el fondo del salón y descubrió, recostado sobre su pupitre, a uno de sus alumnos. La clase completa se había retirado ya. Virginia se acercó extrañada y tocó por los hombros a su alumno, éste se incorporó. Se trataba de Daniel Romero, Sus ojos verdes eran absolutamente seductores. A pesar de contar con unos 18 años, los vellos de su barba lo hacían aparentar unos treinta años de edad. Virginia le preguntó preocupada.- ¿Te sientes bien Daniel? ¿Estás enfermo?-. Sin esperarlo siquiera, Daniel se incorporó y tomó por la cintura a Virginia. Todo ocurrió en sólo un instante, en una milésima de segundo, los labios de Daniel se apoderaron de los de Virginia, quien pese a resistirse, tuvo que doblegarse a la superioridad física de Daniel, quien luego de apoderarse de sus virginales labios y con jadeante aliento, le susurró, sin dejar de cautivarla con la mirada.- Ahora me seinto mejor, Virginia. -. Y sin agregar nada más, se perfiló hacia la puerta del salón. En donde, imprevistamente, se encontraba Ricardo Olmedo, colega de Virginia. - ¿Interrumpo?-. preguntó con un tono hiriente. Daniel respondió por Virginia – No, profesor… La maestra Virginia ya me dio permiso de salir-. Ricardo siguió con la mirada a Daniel y después, clavó sus ojos en los de Virginia con una intrigante mezcla entre celos y pasión.
viernes, 11 de febrero de 2011
CON GUIÓN DE ERICK HERNÁNDEZ...
Al principio, "Oscura seducción", sólo fue un cúmulo de ideas, de noches sin dormir escuchando voces de personajes, de mañanas colmadas por el sonido del teclado y de horas de lectura, de tachar y de volver a escribir.
Hoy, es una película. Y los desvelos y mimos de su guionista, Erick Hernández, parecen cuentos de otra vida.
¡Nuestras felicitaciones a Erick, miembro de nuestro equipo de escritores en NABUART!
jueves, 10 de febrero de 2011
ENTREVISTA DE ROSA LINA DIEGO GÜEMES A LA PRODUCTORA BURBUJA FILMS PARA ACPI
Ya pueden leer la más reciente entrevista de Rosa Lina Diego Güemes, escritora NABUART, en su labor como Corresponsal para el Observatorio ACPI.
Acá le dejamos el link.
miércoles, 9 de febrero de 2011
REFLEXIONANDO CON ERNESTO ALONSO FLORES: EL DIVORCIO
EL DIVORCIO
Antes, que raro era escuchar esta palabra y hoy, tan común. Constantemente oímos a personas decir; divorciado (a) pero con hijos, o hijo (a) de padres divorciados. Y lo tomamos muy natural, cómo que esto es uno de los muchos cambios que debía experimentar nuestra sociedad para ser muy moderna. Pero en mi opinión, el concepto de moderna, en este sentido, ni siquiera ha dado el primer paso. ¡Al contrario, hasta ahora, ha logrado retrocesos y nada más! Pues aunque la ciencia y la tecnología han logrado avances muy importantes, la esencia de nuestra sociedad, esencia que se encuentra en los valores morales de cada ser humano que la compone, no ha logrado hasta hoy dar pasos importantes. Porque hoy en día y desde años atrás, el divorcio existe y es una palabra que debemos y tenemos que aceptar pero siempre dándole la importancia debida, pues de lo contrario, lo ideal es que los matrimonios perduraran unidos hasta el último de sus días. Sí así como en la época de nuestros abuelos.
Pero esto es sólo un ideal porque hoy en día el divorcio es muy común, tan común como ver o saber de parejas de matrimonio que optan por no tomar esa decisión y siguen manteniendo esa doble vida que tanto daño les hace a ellos como a sus hijos, si es que los hay. O peor aún, tan común como aquellas otras parejas que deciden separarse, solamente; sin hacer uso de la palabra divorcio.
***Violencia doméstica.
*** Falta de respeto.
*** Incomprensión.
*** Deshonestidad.
*** Irresponsabilidad.
*** Inseguridad personal.
*** Infidelidad.
*** Pérdida del amor mutuo.
*** Y muchas veces, el no haber vivido un noviazgo pleno y cimentado en los principales valores morales.
Hoy es muy común ver o saber de niños que crecen sin la presencia del padre o de la madre, aunque siempre es más común la ausencia del primero. Porque se cree que la responsabilidad de la madre es mayor y ésta no es más que una de las tantas mentiras que nos hemos inventado. ¡La responsabilidad de un hijo es igual entre padre y madre!
¿Y qué es lo que pasa en estos niños?.... Crecen con diferentes traumas y resentimientos personales, familiares y sociales que los confunden y les hacen su vida infeliz. Muchas veces llegando a ser jóvenes o adultos con traumas y conflictos de identidad realmente muy graves.
En la mayoría de los matrimonios, el divorcio se ve como ese papel que devuelve la libertad individual a la pareja y que condiciona la felicidad de los hijos cuando existen; pero casi siempre es la libertad la que buscan, libertad que le permita al hombre o la mujer rehacer su vida. ¡Y qué bueno! Porque están en todo su derecho. Ya que ningún ser humano debe aceptar vivir en circunstancias que no lo hagan feliz, al contrario. Y qué lástima que lo vean de esa forma, porque eso no es lo más importante en un divorcio.
Lo importante en un divorcio es que todas aquellas parejas en conflicto y sin solución. Repito, sin solución a sus problemas, cuando ya han dado espacio a todas las alternativas posibles. Entonces sí deben dar ese gran paso llamado divorcio y aceptarlo para que como seres humanos, puedan disfrutar mayormente la vida. Pero cuando la pareja tiene hijos, entonces la esencia del divorcio cambia por completo, pues aún cuando tengan serios problemas como pareja la prioridad la ocupan sus hijos, basando en ellos la mejor decisión. Porque cuando hay hijos de por medio, lo esencial en su vida deben ser ellos y nadie más, sobretodo cuando sus hijos son menores (que, curiosamente es en la edad de 2 a 12 años de los hijos cuando comúnmente suceden las separaciones con o sin divorcio de sus padres), por lo que antes de tomar cualquier decisión; deben pensarlo muy a conciencia cuantas veces sea necesario. Porque los hijos no deben vivir sin la imagen materna y paterna en su propia casa. No, porque esa es ley humana y forma parte muy importante del desarrollo de cualquier persona y en cualquier aspecto pero sobretodo en el moral y emocional, que son los que más influyen para que la persona tenga una actitud positiva y de progreso en su vida. Esto es lo que deben pensar y muy bien. Si después de platicarlo y meditarlo la decisión a tomar sigue siendo la misma, entonces deben cimentar también bajo papeles la educación moral, personal y social que los hijos deben recibir para que crezcan igual que todos aquellos que sí viven en el centro de un matrimonio. Señalando claramente y si es posible con sanciones precisas sobre aquél que no cumpla. Los niños necesitan la atención y el cuidado de sus padres en todo momento porque es la etapa en la cual más disfrutan la vida y aprenden de ella. Y qué decir de la etapa de la adolescencia que es tan delicada, si es difícil para los adolescentes que viven con sus padres; imaginemos lo difícil que a de ser para los que tienen que vivir sin la presencia de uno de los dos.
Y así posteriormente en la juventud también necesitan de ambos. Ya cuando son adultos su capacidad de inteligencia y la experiencia que la vida les ha dado, mucha de ella a través del ejemplo de sus padres los ayudará a saber enfrentar cualquier situación. Reflexionemos entonces sobre lo anterior y que nos quede muy claro que el divorcio antes de firmarse debe aclararse en la base de la educación moral, personal, familiar y social de los hijos, más que en cuestiones personales de los involucrados. También si el hombre o la mujer deciden rehacer su vida, deben evitar cometer el mismo error y por qué no decirlo; si el padre o la madre de sus hijos no cumple con la responsabilidad y encuentran a la pareja correcta que acepte y sobretodo cumpla con esa misión; entonces felicidades y adelante.
¿Cuántos casos existen de hijos que no son de padres biológicos y son personas exitosas y felices?.... Muchos y en algunos casos mejores que los que son de matrimonio. Pero eso ya es entrar en el tema de la superación personal y ahí entran muchos aspectos. Lo que nos debe quedar muy claro es que si el matrimonio puede perdurar, es una obligación moral hacer todo lo posible por mantenerlo, pero si no, pues a enfrentar la situación y aceptar el divorcio.
Pensemos además en que todos por igual, tenemos derecho a ser felices, y aún cuando todos tememos al error o fracaso, el hecho de que fracase una relación de pareja nos debe volver mejores seres humanos. Porque detrás de cualquier error viene una gran enseñanza. Pero cuando esa relación dio frutos engendrando hijos pensemos también el rumbo de sus vidas, del cual nosotros sus padres debemos ser, porque es nuestra obligación, la mejor guía en este mundo y llevarlos siempre por el camino del bien y la felicidad. Los padres de familia debemos ser ejemplo, tenemos la obligación, eso no quiere decir que tengamos que hacer a un lado nuestro desarrollo personal. Eso es particular y depende de cada uno por lo que seamos divorciados o no, nunca debemos frustrarnos. En esta vida los errores son una lección así es que hay que aprender de ellos. Por último, lo que no hay que aceptar es que si no somos felices con nuestro matrimonio, y no hay una solución para mejorarlo después de buscarla muy a conciencia, continuemos dañándonos mutuamente. No, al contrario, debemos darnos una segunda oportunidad con otra persona sin tener que escondernos llevando una doble vida, cimentando muy a conciencia el uso de la palabra divorcio. ¡Ánimo!
VERÓNICA MEZZINI GUIONISTA PARA "TRAS EL LENTE"
Verónica Mezzini, escritora NABUART, trabaja como guionista para "Tras el lente", el programa de Telemundo en el que se cuentan todo lo que ocurre detrás de cámaras.
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